martes, 29 de enero de 2008

Inspiración Plenaria

1.2.3. Inspiración Plenaria

El hecho de la inspiración de la Biblia nos es revelado desde su principio hasta su fin y el testimonio del Espíritu de Dios en el creyente lo confirma y lo asegura, sin caber duda alguna. Pero el modo de la inspiración es un misterio que no puede ser exactamente definido por la pequeña inteligencia humana, porque es cosa divina. De la manera que la persona de Cristo, Dios hombre, es inescrutable, "Nadie conoce al hijo sino el Padre" (Mt 11:27) así nadie puede explicar exactamente la relación entre los dos elementos (el divino y el humano) en el libro de Dios.

La inspiración que la Biblia reclama para sí misma es que los hombres santos escribieron con sus propias manos y en sus propias palabras; demostrando cada uno su propio estilo, pero bajo la dirección y la influencia poderosa del Espíritu de Dios. Porque lo que han escrito es la Palabra misma de Dios; por lo tanto, el libro entero constituye para la raza humana una regla infalible de fe y conducta.

El Espíritu Santo moraba en los escritores de la Biblia, los dirigía en sus procesos de meditación y de composición; en una manera libre que daba lugar para que la personalidad del escritor se manifestase por medio de sus propias facultades mentales. Así es que Pablo no escribe en el mismo estilo de Pedro, e Isaías usan palabras distintas de las de Amós, aunque todos igualmente han escrito las palabras de Dios.

En la inspiración verbal, apreciamos el elemento humano. El escritor que averigua los manantiales de su información, que escucha los informes de los testigos de vista, y coordina una relación de las cosas que apelaron a sus facultades razonadoras como dignas de creencia. Pero todo esto acontecía bajo el poder y dirección del Espíritu Santo, quien guardaba a los escritores de hacer el menor error, y fue así una cooperación preciosa de lo divino con lo humano.

En la inspiración se describe gloriosamente en 2a Pedro 1:20, 21 y 2a de Samuel 23:1-2. No por esfuerzos humanos ni de voluntad de hombre fue traída la palabra en ningún tiempo, sino que hombres santos y rendidos fueron movidos (impelidos, como por un viento tempestuoso), por el Espíritu Santo, así todos sus pensamientos y el movimiento de sus manos en escribir fueron dirigidos por el Espíritu de Dios. En resumen podemos presentar estos puntos acerca de la inspiración verbal plenaria.

1 comentario:

antonio rivas dijo...

Gracias hermano, EL SENOR TE SIGA BENDICIENDO POR TUS CONOCIMIENTOS